Según el diccionario de la Real Academia Española camino es entre muchas definiciones franja de terreno por donde se transita habitualmente, pero ¿no os parece que camino es mucho más?, cada camino tiene su corazón secreto, sus murmullos, a veces nos habla, nos quiere contar sus historias, pero pocos le escuchan, y creo que por esa razón se están perdiendo, se han vuelto débiles cuando desde antaño fueron fuertes, importantes, les necesitábamos, ahora mandan las carreteras, las autovías, autopistas…, pocos se adentran en ellos, les estamos olvidando, el bosque se los traga inexorablemente, sin compasión, desaparecen y nadie hace nada por remediarlo; desde aquí imploro para que vuelvan. Que vuelvan también los camineros ¿os acordáis? Aquellos señores que los encontrábamos “fesoria” en mano limpiándolos, mimándolos, sabíamos que estaban cerca cuando encontrábamos su chaqueta colgada en la rama de un árbol al lado del camino. Imploro para que vuelvan las xestaferias, la unión de de los vecinos para mantenerlos limpios, ¡como me gustaría ver otra vez aquellos caminos de mi infancia!
Me gusta adentrarme en los caminos, es una manera de encontrarme a mi misma ¿no os pasa a vosotros?, ese silencio creo que me hace mejor persona, en ellos recapacito de mis errores, hago planes de futuro, y añoro a gente que ya no está…
Por eso quiero que vuelvan no solo por mí sino para el bien de la humanidad, a ellos sí que les tenían que nombrar “Patrimonio de la Humanidad” desde siempre fueron la vía de comunicación entre los pueblos.
Mi hijo me metió en esto, dice que si me falla la memoria aquí queda reflejado, y como ya lo mio son historias de abuelitas
lunes, 22 de diciembre de 2008
jueves, 6 de noviembre de 2008
A Casía
Situada en el concejo de Grandas de Salime a Casía es un recuerdo nostálgico de mi casa materna, estuvo enclavada ya que hoy solo unos paredones recuerdan con exactitud de su existencia, mirando al embalse de Salime entre Paradela y Penadrada, un poco más debajo de Robledo.
Casa de piedra y pizarra respondía a los criterios de arquitectura de la zona, aunque mayores a lo habitual; tenía dos entradas, una por un portón grande en el camino a Robledo que daba a un cabanón, fresco en verano, desde allí según entrabas, a la derecha estaba la panera y a la izquierda la entrada a la casa, se accedía a ella por una puerta de dos hojas, donde te esperaba el “zaguán” ancho pasillo, a la izquierda estaba la lareira, se llama así a la cocina, con fuego en el suelo, en ella se realizaban la mayoría de los trabajos domésticos.
En uno de sus lados el más cercano a la puerta, estaba el banco con una mesa abatible que se bajaba para comer, alrededor del gran pote de 3 patas, se podía ver, la tixela (sartén) , “garfelos” y enseres necesarios para cocinar, al lado derecho de la lareira estaba el forno, la masera y el trobo para lavar.
Volviendo a salir al zaguan de frente entrábamos en la sala, donde la presidía una gran mesa con dos bancos, dos ventanas daban luz a la estancia, y en la pared de la entrada un pequeño armario empotrado para las botellas. Esta estancia solo se usaba en dias de fiesta o cuando se juntaba mucha familia .
A la derecha de la sala estaba el “Cuartín”, llamado así por sus pequeñas dimensiones con ventana al cabanón donde una higuera nos deleitaba con sus aromas; el mobiliario consistía en una pequeña cama y un armario de dos hojas.
Siguiendo por la sala a la izquierda se llegaba a otro cuarto pequeño donde una cristalera llenaba de luz la habitación, y las vistas al embalse eran preciosas.
Mas adelante estaba el cuarto grande con dos camas de “relleira” o tablas con jergones rellenos de hojas de maíz, donde los días de verano de mi niñez dormíamos la siesta. A un lado estaba un baúl grande donde la abuela Herminia guardaba los enseres mas valiosos y queridos.
Una puerta pequeña daba salida a la huerta, aunque también se usaba de entrada a la casa cuando venías del camino de la carretera del embalse al lado de la casa de Mojardin.
En la parte baja de la casa y del cuarto grande estaba la bodega, ganada a la roca, en ella había un lagar, y me parece recordar dos cubas, más allá de la bodega las cuadras y gallinero.
Rodeaba a la casa árboles frutales, un olivo, viñedos y una sufriera.
Por la parte de arribas de la casa, camino de Robledo, una pequeña capilla, de mampostería sencilla, tejado de pizarra con una hornacina en el interior de madera, donde se veneraba a la virgen del Carmen, San Benito, y San Antonio.
Estos son a grandes rasgos la descripción de una casa con mucha historia y muchos años para que no quede en el olvido y si mi familia ve algún fallo agradecerle que honre su memoria y cuenta más de su historia.
Casa de piedra y pizarra respondía a los criterios de arquitectura de la zona, aunque mayores a lo habitual; tenía dos entradas, una por un portón grande en el camino a Robledo que daba a un cabanón, fresco en verano, desde allí según entrabas, a la derecha estaba la panera y a la izquierda la entrada a la casa, se accedía a ella por una puerta de dos hojas, donde te esperaba el “zaguán” ancho pasillo, a la izquierda estaba la lareira, se llama así a la cocina, con fuego en el suelo, en ella se realizaban la mayoría de los trabajos domésticos.
En uno de sus lados el más cercano a la puerta, estaba el banco con una mesa abatible que se bajaba para comer, alrededor del gran pote de 3 patas, se podía ver, la tixela (sartén) , “garfelos” y enseres necesarios para cocinar, al lado derecho de la lareira estaba el forno, la masera y el trobo para lavar.
Volviendo a salir al zaguan de frente entrábamos en la sala, donde la presidía una gran mesa con dos bancos, dos ventanas daban luz a la estancia, y en la pared de la entrada un pequeño armario empotrado para las botellas. Esta estancia solo se usaba en dias de fiesta o cuando se juntaba mucha familia .
A la derecha de la sala estaba el “Cuartín”, llamado así por sus pequeñas dimensiones con ventana al cabanón donde una higuera nos deleitaba con sus aromas; el mobiliario consistía en una pequeña cama y un armario de dos hojas.
Siguiendo por la sala a la izquierda se llegaba a otro cuarto pequeño donde una cristalera llenaba de luz la habitación, y las vistas al embalse eran preciosas.
Mas adelante estaba el cuarto grande con dos camas de “relleira” o tablas con jergones rellenos de hojas de maíz, donde los días de verano de mi niñez dormíamos la siesta. A un lado estaba un baúl grande donde la abuela Herminia guardaba los enseres mas valiosos y queridos.
Una puerta pequeña daba salida a la huerta, aunque también se usaba de entrada a la casa cuando venías del camino de la carretera del embalse al lado de la casa de Mojardin.
En la parte baja de la casa y del cuarto grande estaba la bodega, ganada a la roca, en ella había un lagar, y me parece recordar dos cubas, más allá de la bodega las cuadras y gallinero.
Rodeaba a la casa árboles frutales, un olivo, viñedos y una sufriera.
Por la parte de arribas de la casa, camino de Robledo, una pequeña capilla, de mampostería sencilla, tejado de pizarra con una hornacina en el interior de madera, donde se veneraba a la virgen del Carmen, San Benito, y San Antonio.
Estos son a grandes rasgos la descripción de una casa con mucha historia y muchos años para que no quede en el olvido y si mi familia ve algún fallo agradecerle que honre su memoria y cuenta más de su historia.
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Belmonte de Miranda,
Grandas de Salime
jueves, 18 de septiembre de 2008
EL BARREDAL
Como describir la casa paterna, como reflejar en unas líneas los sentimientos, vivencias, olores, …. Me es una tarea casi imposible, pondré todos los sentidos aunque sé que transmitir todo lo que siento en mi interior al recordarla es tarea complicada.
El Barredal está situado entre Belmonte, Cezana y Faidiello, perteneciente al concejo y municipio de Belmonte de Miranda. formó parte de un enclave natural con praderías, manzanos, y cerezos, entre otros frutales. La casa, construida en 1899,por mi bisabuelo Camilo Álvarez es de estilo popular tradicional asturiano, si cierro los ojos todavía recuerdo el olor a madera y humo, el olor a ganado que en la parte baja de la casa me deleitaba también con la música de los cencerros , cuenta con hórreo, y diversas edificaciones usadas como establos(entre ellos la antigua casa) y pajares.
El entorno del caserío está formado por prados (La Biera, El Sierro, El Airon, Valdelavaca, Las Cogollas, Las Boticarias, El Bravo ) y arbolado autóctono. Cuénta con excelentes vistas a la villa de Belmonte al pico Cervera, a Tiblos y Dolia..
En cualquiera de los senderos que rodean el Barredal en direccion Faidiello pasando por la braña de Villar y el molino denominado Valdemolin, se disfruta de la paz y del silencio, junto con el repiqueteo de las esquilas del ganado los graznares de los cuervos o el trinar de los innumerables pájaros.. Encinas, robles y castaños centenarios, sobre un mar de helechos, brindan sombra al caminante que escoge este camino empedrado y empinado, también le proporciona infinitos matices de verde, que se tiñen de ocres, rojos y amarillos al comenzar el otoño. Nogales, avellanos, manzanos, cerezos, acebos, abedules alegran la vista y hacían sentirse en un paraíso….
El Barredal está situado entre Belmonte, Cezana y Faidiello, perteneciente al concejo y municipio de Belmonte de Miranda. formó parte de un enclave natural con praderías, manzanos, y cerezos, entre otros frutales. La casa, construida en 1899,por mi bisabuelo Camilo Álvarez es de estilo popular tradicional asturiano, si cierro los ojos todavía recuerdo el olor a madera y humo, el olor a ganado que en la parte baja de la casa me deleitaba también con la música de los cencerros , cuenta con hórreo, y diversas edificaciones usadas como establos(entre ellos la antigua casa) y pajares.
El entorno del caserío está formado por prados (La Biera, El Sierro, El Airon, Valdelavaca, Las Cogollas, Las Boticarias, El Bravo ) y arbolado autóctono. Cuénta con excelentes vistas a la villa de Belmonte al pico Cervera, a Tiblos y Dolia..
En cualquiera de los senderos que rodean el Barredal en direccion Faidiello pasando por la braña de Villar y el molino denominado Valdemolin, se disfruta de la paz y del silencio, junto con el repiqueteo de las esquilas del ganado los graznares de los cuervos o el trinar de los innumerables pájaros.. Encinas, robles y castaños centenarios, sobre un mar de helechos, brindan sombra al caminante que escoge este camino empedrado y empinado, también le proporciona infinitos matices de verde, que se tiñen de ocres, rojos y amarillos al comenzar el otoño. Nogales, avellanos, manzanos, cerezos, acebos, abedules alegran la vista y hacían sentirse en un paraíso….
miércoles, 13 de agosto de 2008
INFANCIA
Creo que esta es la etapa más feliz de una persona, quizá, porque todo se vé con otra perspectiva, la mia, lo fué , aunque tambien hay malos recuerdos. Transcurrió en distintos lugares de Asturias: Belmonte de Miranda, Villandas, Santiago de Monte, Reimeses y Mieres.
De cada uno de ellos como cualquier niño tengo un recuerdo especial y vivencias que en cortas edades son toda una aventura, junto a mis dos hermanos trasncurrió sin demasiados problemas, pero la verdad es que no los veíamos, el tiempo sí me hizo ver que no fueron fáciles, pero esos problemas los vivíeron mis Padres, no nosotros.
- Belmonte:
Mi primer recuerdo de este lugar, es del "cuartel viejo" donde vivímos, una casa muy grande con el suelo de madera, muchas puertas y una ventana con grandes cristales, por donde el sol entraba a raudales, y un niño mayor que yo, que me pegaba. Un día se lo pregunté a mi madre, se quedo sorprendida ¡como podía acordarme si solo tenía dos años!
-Villandas:
De este pueblecito de Grado mi único recuerdo es un señor con sangre en la cara, de nuevo, en una conversación con "mamá" se volvió a sorprender, llegué a casa llorando y gritando ¡pupa pupa ven ven! fue un acto heroico según ella, sino fuera porque le ví caer, no se hubiera salvado y habría muerto desangrado, el vecino vivía solo, yo contaba con solo tres años.
-Santiago del Monte:
Aquí mis recuerdos ya son menos vagos, otra vez el trabajo de mi padre nos lleva a un nuevo lugar, lo más sorperendente que me sucedió fue ver por primera vez ¡una casa con pasillo!,mis excursiones a la playa en 600 con la dueña de la casa, mis primeros reyes , una muñeca y un paraguas rojo, ¡ah! y las salidas en familia a la playa de Santa María del Mar en bicicleta: mi madre en el portabultos con mi hermano y la merienda y yo sentada en el manillar, ¡lastima de foto!
-Reimeses:
¡Otra vez cambio de domicilio, a este pueblo llegamos en Abril, yo había cumplido 4 años en Marzo, y recuerdo que empezaba a llover cuando entrabamos en el pueblo, ¡no paró en más de 30 días!, aquí pasé ya gran parte de mi niñez y muchas vivencias ¿las más destacadas?:
-ver a los Reyes Magos bajando por la caleya (una alucinación)
-mi primera comunión
-mi encuentro con un jabalí estando "apañando castañas"
-caminatas a la escuela en grupo hasta Sueros
-mi primera gran pelea con una niña, acabé con la cabeza abierta de una pedrada
-la alegría de ver ganar a Masiel en el único televisor del pueblo
-conocer a mi primera gran amiga "Loli"
-las rodajas de pan con "Natacha" y ázucar en casa de Regina
-Mieres:
Mi mejor recuerdo de mi llegada a Mieres, tener en casa cuarto de baño con bañera.
Después el nacimiento de mi hermana, seguir el embarazo aunque mi madre lo negara, y la fracesita que soltó mi hermano cuando mi padre nos dió la noticia del nacimiento y que era una niña:
-¡voy day una patada y mandala a la luna! (el principe destronado)
Creo que aquel día dejé atras mi infancia contaba con 12 años, dejo atras muchas otras vivencias pero no es cuestión de contarlas todas, no quiero ser pesada, pido disculpas si hay faltas de ortografía, y si la narración cae en herrores, recordad que simplemente soy un ama de casa.
Boomp3.com
De cada uno de ellos como cualquier niño tengo un recuerdo especial y vivencias que en cortas edades son toda una aventura, junto a mis dos hermanos trasncurrió sin demasiados problemas, pero la verdad es que no los veíamos, el tiempo sí me hizo ver que no fueron fáciles, pero esos problemas los vivíeron mis Padres, no nosotros.
- Belmonte:
Mi primer recuerdo de este lugar, es del "cuartel viejo" donde vivímos, una casa muy grande con el suelo de madera, muchas puertas y una ventana con grandes cristales, por donde el sol entraba a raudales, y un niño mayor que yo, que me pegaba. Un día se lo pregunté a mi madre, se quedo sorprendida ¡como podía acordarme si solo tenía dos años!
-Villandas:
De este pueblecito de Grado mi único recuerdo es un señor con sangre en la cara, de nuevo, en una conversación con "mamá" se volvió a sorprender, llegué a casa llorando y gritando ¡pupa pupa ven ven! fue un acto heroico según ella, sino fuera porque le ví caer, no se hubiera salvado y habría muerto desangrado, el vecino vivía solo, yo contaba con solo tres años.
-Santiago del Monte:
Aquí mis recuerdos ya son menos vagos, otra vez el trabajo de mi padre nos lleva a un nuevo lugar, lo más sorperendente que me sucedió fue ver por primera vez ¡una casa con pasillo!,mis excursiones a la playa en 600 con la dueña de la casa, mis primeros reyes , una muñeca y un paraguas rojo, ¡ah! y las salidas en familia a la playa de Santa María del Mar en bicicleta: mi madre en el portabultos con mi hermano y la merienda y yo sentada en el manillar, ¡lastima de foto!
-Reimeses:
¡Otra vez cambio de domicilio, a este pueblo llegamos en Abril, yo había cumplido 4 años en Marzo, y recuerdo que empezaba a llover cuando entrabamos en el pueblo, ¡no paró en más de 30 días!, aquí pasé ya gran parte de mi niñez y muchas vivencias ¿las más destacadas?:
-ver a los Reyes Magos bajando por la caleya (una alucinación)
-mi primera comunión
-mi encuentro con un jabalí estando "apañando castañas"
-caminatas a la escuela en grupo hasta Sueros
-mi primera gran pelea con una niña, acabé con la cabeza abierta de una pedrada
-la alegría de ver ganar a Masiel en el único televisor del pueblo
-conocer a mi primera gran amiga "Loli"
-las rodajas de pan con "Natacha" y ázucar en casa de Regina
-Mieres:
Mi mejor recuerdo de mi llegada a Mieres, tener en casa cuarto de baño con bañera.
Después el nacimiento de mi hermana, seguir el embarazo aunque mi madre lo negara, y la fracesita que soltó mi hermano cuando mi padre nos dió la noticia del nacimiento y que era una niña:
-¡voy day una patada y mandala a la luna! (el principe destronado)
Creo que aquel día dejé atras mi infancia contaba con 12 años, dejo atras muchas otras vivencias pero no es cuestión de contarlas todas, no quiero ser pesada, pido disculpas si hay faltas de ortografía, y si la narración cae en herrores, recordad que simplemente soy un ama de casa.
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