domingo, 23 de septiembre de 2012

el gurupu vaqueiro


Mucho oí hablar a mi abuelo Sabino de este plato.


En  aquellos años de miseria y necesidad nada se desperdiciaba. Así, que…¿Qué hacer con el pote de berzas sobrante del mediodía, del cual había desaparecido el “compango”?
Pues otro de receta ancestral y contundente a prueba de estómagos fuertes para la cena.

Se unta la sartén con tocino o un poco de unto y se calienta,vertemos todas las sobras del pote. Se le va añadiendo poco a poco harina de maiz y se revuelve hasta que quede una pasta. La llevamos al plato o fuente y hacemos un agujero en el medio. Al mismo tiempo cocinamos un sofrito de chorizo y tocino que introducimos en ese agujero con el aceite de freirlo, este sofrito dará un sabor intenso y fuerte.
Y ¡hala! Una cuchara para cada comensal y a cenar todos alrededor de la fuente.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Antón y los romanos


Antonín del Barredal fue hombre de campo reconvertido en minero. La metamorfosis fue elaborándose  mientras hacia “la mili” en Valladolid, tenía en la mente cambiar, en pasar de “rompeterrones” en algo que tuviese más futuro Antón solo creía en lo que veía, no era amigo de cuentos ni leyendas, así que de poco servía preguntarle, siempre con una mezcla de ironía y menosprecio salía con una aireada respuesta apuntillando con un – tas como una maniega-
            El conocía los lugares de su entorno y muy bien, pero era escéptico con su historia. La  primera vez que le conté entusiasmada que los romanos habían encontrado oro en Begega me contesto: ¿Tabas tu pa velo? ¡que va a ver allí nada!

Así que difícil tratar de explicarle que aquel camino empedrado en lo alto de Carricedo que daba salida a Somiedo lo usaban estos para transportar el oro
Fue decayendo algo de su escepticismo cuando empezaron las excavaciones de la mina de Begega, pero seguía apostillando que era una perdida de tiempo

Entre una y otra conversación fui enterándome que en algún arroyo entre el Estilleiro donde él pasaba días en su infancia y lo alto de aquella sierra jugando arrancaba hierbas y en sus raíces había arenas que brillaban al sol.

 O las más interesante para mí, en una tierra ganada al monte llamada “Las Cogollas” estuvieran unos señores estudiando el terreno y buscando paredes, que decían que había “Casas antiguas. - ¡que iba a haber allí ¡entre matorrales zarzas.. ganas de perder el tiempo, de nada servía decirle que esa colina tan cercana a Cezana y por encima de Villar era un punto estratégico y posiblemente fuera verdad y que el nombre de Cezana era romano y que en sus inmediaciones había catalogados restos arqueológicos.
¡Hay papa que tozudo eras!, nunca te quisiste enterar que debajo de la tierra que tu pisabas estaba enterrada mucha historia y ojala algún día salga a la luz