viernes, 29 de enero de 2010

El "enfant terrible " que se convirtió en leyenda


Como una afrenta al propio pueblo se vive en Grandas de Salime la destitución de Pepe el Ferreiro. Para la mayoría de los vecinos, él era el museo; por eso no se entiende un relevo que ven como una traición, como un insulto a toda la comunidad. Grandas de Salime está muy lejos de Oviedo, a pocos kilómetros de la frontera interior de Lugo. Es parte de una comarca que vivió años de olvido y abandono, que soportó el aislamiento callado de duros inviernos y las penosas condiciones de unas vías de comunicación impropias de un país desarrollado. Hasta hace escasos lustros pocos asturianos sabían localizar el territorio grandalés en el mapa y eran muchos menos los osados que, en aquellas condiciones, decidían emprender viaje a una localidad donde la vida parecía detenida en el siglo XIX.

Tierra de ganaderos y agricultores, los cambios comienzan a notarse en Grandas con los albores de la transición española. Junto a los aires nuevos de democracia llegaron también nuevas oportunidades de vida a las que no es ajeno el nombre de José Naveiras, «Pepe el Ferreiro», creador del Museo Etnográfico que iba a cambiar la percepción de Grandas en Asturias. Con tenacidad e inteligencia consiguió concienciar a todo un pueblo de que su pasado, sus modos de vida y sus tradiciones eran parte de un tesoro que había que salvar.

El Ferreiro devolvió a sus vecinos el orgullo de pertenecer a una comunidad rural y ellos le abrieron las puertas de sus casas, hórreos y desvanes para recuperar aquellos «trastos viejos», hoy convertidos en piezas de museo que visitan miles de personas. Por eso, por servir de altavoz para una cultura que desaparece, el museo es para toda la comarca mucho más que un contenedor de piezas, es lo que queda de la vida de sus antepasados y lo que les ha dado nombre, un legado que Pepe el Ferreiro, por encima de miradas incrédulas, supo reunir, conservar y mimar. Grandas recuerda y valora ahora más que nunca sus andanzas, su entrega y hasta sus privaciones. Les cuesta digerir lo que está viviendo uno de sus vecinos más destacados y no esconden las lágrimas por lo que creen «un ensañamiento injusto» ante el que no desaprovechan la oportunidad de mostrar su rechazo ni de aplaudir la tenacidad con que afrontó un proyecto por el que muchos lo tildaron de «tolo» (loco).

Para Grandas de Salime la expulsión del Ferreiro es una ofensa, un agravio a todo un pueblo, porque como en Fuenteovejuna, en Grandas, aun con excepciones, están todos con Pepe. Saben que no es un hombre fácil, que tiene reacciones airadas y que se doblega mal a las exigencias administrativas, pero por encima de esos pormenores admiran su empeño y su capacidad y sobre todo no entienden el pago que se le está dando por la obra de toda su vida. El Ferreiro nunca tuvo tanto éxito ni recibió tantos apoyos y muestras de cariño como ahora. Con una decisión poco afortunada han conseguido que deje de ser el «enfant terrible», el «tolo» que rebusca en los desvanes, para convertirlo en toda una leyenda.

Articulo de Mercedes S, Marques en el diario La Nueva España

5 comentarios:

vintxuca dijo...

que foto tan preciosa...con todo nevado. Unha aperta!!!!

Anónimo dijo...

Casía, ayer veía lo de Facebook pero hy ya no. ¿Se ha roto el vínculo que me dejaste en el blog?

Un abrazo.

Sergio Lopez(Lely Vehuel) dijo...

Bueno esas cosas pasan en todos lados lamentablemente el mundo no es todo bueno. Hola, tu blog como siempre tan gentil de emociones, comparto siempre tus entradas, esta es muy especial.Hoy te visito desde Cuentos y Orquideas y quiero invitarte a leer un nuevo cuento llamado Rey Y Mendigo, espero que te guste.
Mucha luz y hasta pronto.

Anónimo dijo...

Gracias por tu visita a mi blog, no estaba al corriente de este suceso, como tengo cuenta en facebook me he añadido a la plataforma, ojalá sirva para algo! está claro que es una injusticia.

Un abrazo

Ricardo Miñana dijo...

Excelente y reflexivo texto,
y la foto es muy bonita.
un placer pasar por tu casa,
que tengas una feliz semana
un abrazo.