domingo, 17 de junio de 2012

ROY

Es tiempo de cerezas... os preguntaréis a cuento de que viene con el titulo de la entrada, me explico, como digo es tiempo de cerezas y de la faena agrícola de la recogida de la yerba, esto trae a la cada vez mas encogida memoria otra de mis "desventuras"infantiles".
Estábamos en casa de mi abuelo paterno "El Barredal" a la yerba en el prao La Biera un caluroso mes de julio;contaba con unos cuatro años, ya que recuerdo a mi hermano sentado a mi lado a la sombra de un árbol.
Por aquella época el perro de la casa se llamaba Roy un "can" blanco y negro, pequeño, con un genio endiablado (como el mio) y muy nervioso. Así lo recuerdo siempre ladrando y corriendo de un lado a otro.
A lo que iba, allí estábamos sentados los dos, aburridos como ostras y empezando a inquietarnos, mi padre para calmar un poco la tensión que iba en aumento entre nosotros dos  se acercó con un gran puñado de cerezas y lo posó en la manta. Nos disponíamos a empezar a comer aquellas hermosas cerezas rojas cuando se unos une un invitado ... Roy.... que en vistas de que supuso que no era bienvenido a la orden de  "quita Roy", arrampló en un bocado con unas cuantas  y se fue a comerlas unos metros más allá.
¿Que se creía ese enano de cuatro patas?
Como un resorte me levanté, recuerdo que muy enfadada, me acerqué a él y le quité las cerezas. ¿Reacción del perro?, se tiró a mí y menos mal que mi padre estaba cerca y me lo quito de encima.¿ Consecuencia ? una herida de guerra en el labio inferior para toda la vida.
Al Roy nunca más lo volví a ver, aquel invierno los lobos acabaron con su vida, pero seguro que se enfrentó a ellos con arrojo y valentía, ¡menudo genio se gastaba!

1 comentario:

trimbolera dijo...

Me he imaginado tu genio, el del Roy, a tu padre, las cerezas rodando ... ¡Una película de aventuras!