domingo, 16 de agosto de 2009

José el de la vaca

Hoy no sé porqué me he acordado de José el de la vaca, era un hombre peculiar, vivía solo en una cabaña en Villar ( Belmonte de Miranda) cuando yo era una adolescente, luego se fue a Cezana, los niños le gastaban alguna que otra trastada por tenerle por raro

José era un buen hombre, justo, correcto, generoso, amable, cortes, pero todo el concejo le tenía por un bicho

Este pobre hombre no era necesariamente un hombre pobre, ya que no es mas feliz el que más tiene sino el que menos necesita, y él así vivía, era feliz con lo poco que tenía y la naturaleza le daba.

Siempre ayudaba a mis abuelos en los trabajos agrícolas del verano, nunca decía que no ni ponía una mala cara, era solitario, solo acompañaba en todo momentopor hojas de hiedra en las manos que comía al mismo tiempo que lo que le pusieras en la mesa

Yo le veía como uno de los últimos druidas, esos hombres sabios celtas, pues cada frase suya era coherente, aunque su tartamudez le hacía ser cohibido, silencioso. Sabíamos cuando estaba cerca por el ruido que sus madreñas en las piedras del camino, subía o bajaba con el mismo ritmo cansino, a veces con una hogaza de pan debajo del brazo, lo demás se lo otorgaba la naturaleza.

Acabó sus días cuando ya la edad y las enfermedades no le permitieron valerse en la residencia de mayores de San Lázaro en Oviedo, como un animal enjaulado se fue apagando lentamente, las normas que la sociedad le pedía, no iban con él, él no sabía de baños ni inodoros, nunca los había usado, tampoco de camas, el suelo con un poco de paja era su mejor colchón. Su funeral fue triste, solo unos pocos nos hicimos eco de que José había muerto, de que aquel personaje belmontino y tinetense de nacimiento se había ido como había venido a nuestras tierras, solo y escurridizo


22 comentarios:

virgi dijo...

¡Qué tierna eres! Así son las cosas que pones, con un trozo grande de tu corazón.
Un abrazo, Loli

José Alfonso dijo...

Empiezo a descubrirte, Loli.
Un regusto prestar atención a la gente sencilla que en forma liviana, aunque profunda, me habla de todo tipo de estrellas.
Un abrazo.

Isabel dijo...

Hay personajes peculiares que siempre te quedan en el recuerdo, pero este debió ser feliz, porque no necesitaba riquezas, le bastaba con lo que la naturaleza le daba, y eso es ser "muy rico". Un beso

Anónimo dijo...

Me encantó tu relato sobre este hombre. Sabes?? creo que muchos pueblos y ciudades, se ven habitadas por personas así y creo que su humildad los hace feliz a su manera.

Un fuerte abrazo mexicano!!!

Roberto Pato dijo...

también tuve la suerte de concoer a algunos personajes parecidos al de tu relato, y gracias a tu comentario he conocido tus historias...


gracias por pasarte...

CANTO EN FLOR dijo...

Debemos prestar atención a las cosas sencillas en la vida; estoy segura que el personaje vivió feliz hasta sus últimos momentos, pues siempre hizo lo que quizo.

Gracias por tu visita, vuelve cuando deses.

Un abrazo!

daniel rico dijo...

Te entiendo perfectamente, yo recuerdo que antes habia un loco en cada pueblo y aun en las ciudades, un "loco del barrio". En general era gente inofenciva y hasta pintoresca que no hacia mal a nadie.
No se porque en algun momento alguien decidio que habia que encerrarlos y los locos desaparecieron, o talvez fue la sociedad la que finalmente enloquecio del todo y ya no pudo tolerar la presencia de gente indiferente a sus normas.

me gusta mucho tu sitio, hasta luego.

Insisto... dijo...

Que coincidencia...ayer me acordaba de un hombre que vivía en el subterraneo del edificio en mi niñez y todos los vecinos se preocupaban de su comida,mientras el hacía de guardia loco de nosotros.Un hombre sabio,pero retraido en su mundo.

gracias por ir a mi blog...ahh tu post anterior me gustó bastante.

Merce dijo...

Bonita y conmovedora historia. Realmente a veces nos acostumbramos a mirar tan superficialmente a los demas que juzgamos solo por lo que vemos, es dificil no caer en esa trampa... José el de la vaca, realmente no ha muerto, tu le recuerdas y nos lo cuentas y además nos dejas moraleja, enseñanza y reflexion.

Espero que hallas encontrado unos dias para irte de "lecer" :)

Un abrazo :)

Carmen Montoro dijo...

Una historia auténtica, como nos la cuentas...gracias por compartirla!

axa salu!

Estibalitz Diaz de Durana Arias dijo...

Muchas gracias por la visita! asi he tenido la oportunidad de conocer tu sitio !!
un abrazo, Estibalitz

LA CASA ENCENDIDA dijo...

En todos los pueblos hay o ha habido un José como elo tuyo.
Me has recordado un relato que colgué aquí en elblog hace ya tiempo.
Se bien venida a la Casa encendida, muchas gracias por tu visita.
Saludos.

Franziska dijo...

Me ha emocionado la historia de José. Su inmensa soledad. Y su final desamparo. Aún tengo lágrimas en los ojos y toda su vida fue como su final: una soledad inmensa sólo compartida por algún corazón piadosa como los miembros de tu familia.

Un abrazo.

Miguel dijo...

En todo pueblo o barrio de ciudad existe un José como el que tu conociste o parecido, pero no en todos los pueblos o barrios de ciudades hay una Loli que se fije en esos detalles tan humanos.
Gracias por pasar por mi blog.
Saludos.

Anónimo dijo...

Quienes no se ajustan a los parámetros del entorno son tratados de raros o locos...un cuerdo, en un país de locos, las vería de la misma forma.

No es más sabio quien más habla...sino que aquel quien sabe decir lo justo. Y José, al final, terminó por su cuerpo atrapado en esas normas que nunca se preocupó de seguir...fue su alma la que dejó el cuerpo y que ahora se hace presente en tus letras de remembranza.

Saludos afectuosos, de corazón.

Recomenzar dijo...

Gracias por compartir con nosotros tus letras besos

Araceli Merino dijo...

Una bella y realista reflexión (aunque pueda no parecerlo) sobre la verdadera esencia de la condición humana. Somos lo que somos y eso es lo que arrastramos en nuestra condición de caminantes por la vida. Me encantó el relato.

Barreira dijo...

Cando alguén deixa de vivir como acostuma está condenado a morrer.
Saudos.

Fernando García Pañeda dijo...

Como ya ten han dicho, has compartido una historia tierna, profunda y directa sobre una persona. Una más. Una de las que más y mejor pueden caracterizar al ser humano.
Me descubro.
Un saludo.

Noemí Pastor dijo...

Hola. Devuelvo tu amable visita. Yo también tengo debilidad por personajes como José. Besos y hasta pronto.

LA ZARZAMORA dijo...

Vengo a agradecerte tu paso por mi blog y tu comentario.

Estos personajes tan entrañables como el que describes, no deberían de desaparecer nunca..

Un abrazo

Elvira dijo...

Muy bonito relato, se nota tu sensibilidad. Saludos