Mi hijo me metió en esto, dice que si me falla la memoria aquí queda reflejado, y como ya lo mio son historias de abuelitas
viernes, 11 de marzo de 2011
Arbol dormido que no muerto
Era invierno, la casa perdida en la montaña estaba fría, húmeda , necesitábamos leña, así que mi padre calzó sus madreñas y se marchó en busca de un árbol viejo y muerto, y lo cortó. Llegó la primavera y volvió al mismo lugar, vio con asombro que al tronco marchito de aquel árbol que él creía muerto le habían salido brotes nuevos.
Muy serio y con la mirada perdida hacia Tablao dijo: -”Estaba convencido de que el árbol estaba muerto. Había perdido todas las hojas en el invierno. Hacía tanto frío, que las ramas se rompían y se desplomaban como si no le quedara ni una pizca de vida. Pero veo que estaba equivocado, que no era lo que veía.
Ya en casa sentados en el banco de entrada a casa, me espetó muy serio: -”Nunca olvides lo que te voy a decir. Jamás cortes un árbol en invierno. Jamás tomes una decisión negativa cuando las cosas vayan mal. Nunca tomes las más importantes decisiones cuando estés bajo de animos.Espera, ten paciente. La tormenta pasará. Recuerda que la primavera volverá”.
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6 comentarios:
Precioso tu relato y la ultima reflexión muy cierta. Siempre aparece un poquito de luz aunque estemos en un tunel muy negro y muy largo.
Un saludin.
Un buen consejo. Precioso relato.
Besos.
Un hermoso relato del que se saca una preciosa moraleja que todos deberíamos seguir.
Bellísimo tu escrito, además admiro a quienes saben mirar a su padre (o a quien haya influido en su vida).
Es muy agradable leer textos como este tuyo, gracias por el placer otorgado.
Un beso desde aquí.
Muy bueno el testo.Tu padre es un sabio,si todos pensaramos las cosas antes de hacerlas,la humanidad seria mucho mejor.
Precioso texto con moraleja final para que resulte más atractivo. Si nos aplicasemos el cuento, nos marcharían mejor las cosas en muchas ocasiones.
Un saludo
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